martes, 24 de noviembre de 2015

Proyecto Final

Este último trabajo práctico para mí se divide en dos grandes etapas y la segunda acaba de comenzar. 

Empezamos despacio para darnos tiempo a entender el contexto, el objetivo y la estrategia. Tuvimos idas y vueltas planteándonos hasta dónde era factible nuestra propuesta y cuánto podrían adueñarse del proyecto los vecinos, pero en definitiva, eso nos costaba a nosotros. No creer en el proyecto y que sea colectivo, desde mi punto de vista, afectó en la participación, es difícil avanzar en algo que no estás disfrutando y más si pensás que otros van a resolverlo. Por suerte no fue así todo el tiempo, pero cuando lo fue, tuve que practicar la paciencia y ponerme a trabajar. Y me surgieron un montón de dudas sobre cómo llevar cada grupo: qué tanto correrme, qué tanto intentar organizar e incluso cuándo debería callarme porque sé que puedo ser insoportable cuando me emociono. Aprendí que no hay una receta, sino que siempre funciona diferente porque son personas diferentes. Lo que hay que mantener es la mente abierta y las ganas de llevar adelante el proyecto, el cómo hacerlo es otra historia. 

Todo esto quedó atrás cuando comenzó la producción, esta segunda etapa. Es otro mundo; más divertido, más desordenado, más rápido, más real. Todo esto nos obliga a confiar más en el otro, en sus decisiones y capacidades. El hecho de entregar nuestros prototipos a una sociedad concreta para su uso real requiere de mayor participación de todos y la inmediatez de esta entrega aumenta el compromiso de todos. 

Queda muchísimo por aprender en sólo dos semanas, pero sé que va a salir bien. Hay mucho más para reflexionar, pero sinceramente me cuesta sacar mi cabeza de todo lo que queda por decidir y hacer, estoy ansiosa! Ya volveré para hacer una reflexión más en frío. 

Algo importante para entender esto y mucho más, es el blog del proyecto





No hay comentarios:

Publicar un comentario